domingo, 3 de abril de 2016

Ese lugar del que ella venía

Ella venía de un lugar un tanto peculiar, nada era lo suficientemente bueno, al contrario todo era lo suficientemente malo como para estar en constantes terceras guerras mundiales, su cabeza estaba acostumbrada al caos, aquel lleno de gritos, regañadientes, ofensas, violencia; pese a eso, desde pequeña, decidió jamás copiar modelos como esos.
De pequeña le hicieron mucho daño y estaba segura de que jamás en su vida quería ser una persona así con los demás, ella lo había sentido en carne propia, el llanto, el sentimiento de soledad o inferioridad son cosas que conocía bien.
Fue algo que le afectó mucho en su tiempo pero le obligaron a pensar de una manera diferente a los demás niños de su edad, aprendió a corta edad que no solo era una niña jugando con muñecos, que debía cargar con personas, labores, deberes que los adultos responsables en ese momento no hicieron.
Pero dentro de esa mente había una constante sensación de querer intentar las cosas, pese a todo lo que pasó estaba segura que debía permitirse fallar, esta convencida de que " si todo anda bien, es porque todo está mal", amaba sus errores, le gustaba aprender de ellos, siempre estuvo abierta a conocer nuevos, aprendió a verse desde diferentes perspectivas.
Ella todavía sigue creciendo, cuando ve el camino recorrido se asombra y agradece, sí, agradece el día a día, el seguir aquí, no ha sido fácil pero seguirá.

Tus miedos

¿Sabes...?
A veces puedo sentir el miedo que sientes y que cargas, sé que tratas de ocultarlo, no quieres que nadie más lo vea, pero yo lo puedo sentir...
Pese a eso no digo nada, es como si fuéramos cómplices de un secreto que ambos tenemos, tu cargas con tus propios miedos y yo con los míos.
Nos han acompañado desde que tenemos uso de razón, unos se han ido desvaneciendo y otros intensificando con lo que poco o mucho que nos ha pasado en la vida.
Desearía, a veces, que hubiera algo que yo pudiera hacer por ti, siento que se te hace complicado cargar con tantas cosas, tal vez si me dejas podría librarte de él, tal vez intercambiamos miedos, tal vez ¿?....
Sé que no puedo ni debo quitarte tus miedos, algunas personas no entienden pero son necesarios, y hasta son parte de nuestra esencia, es solo que no quiero que andes por ahí triste, que te limiten, que te haga sentir solo, como suele pasarme a mi.
Y entre que escribo un poco por aquí y un poco por allá, te voy dejando deseos, esos que saben a memorias, recuerdos y promesas del ayer.
Te extraño, te quiero.