viernes, 22 de enero de 2016

05:35 am

05:35 am
Por milésima vez te soñé.
Soñé lo que estarías haciendo en este momento, escuche tu sonrisa, te vi.
Tu recuerdo sigue tan nítido como hace 2 años, te veo, tes escucho, te siento.
Pasa el tiempo, los años, y aún me sigues robando el sueño y hasta puedo decir, las ilusiones, de esas que solo podías darme tú.
Otra vez te sueño y no estás junto a mí.
Cuando me levanté, casi lo hice llorando, no sé si fue por la emoción de sentirte tan real o por si lo que había soñado sentía que eran imágenes construidas en mi cabeza, de mi inconsciente que te tiene siempre presente, no eran reales, que no estabas aquí conmigo, que estabas lejos, muy muy lejos.
6:45 am. Debo volver a dormir.;

lunes, 18 de enero de 2016

Tú | 01.

Tal vez no sea la persona indicada, menos la que tiene más experiencia, en temas como estos me complico mucho, discúlpenme.
El amor y sus relacionados jamás fueron temas que domine, comprenda o logre entender.
Pero algo de lo que tal vez esté segura es que en algunos casos debes de encontrarte, en el largo camino de la vida, con ciertas personas.
Personas que en primera instancia sientas que te están haciendo daño, que te hacen llorar, que te hieren. No es que esté diciéndoles que salgan y dejen que alguien les haga daño. 
Me refiero a esas personas que en su momento significaron para nosotros un montón, ya sea cualquier relación interpersonal. Alguien que dio de sí y nosotros también, y sea cual sea el nudo de la historia, el desenlace fue el alejamiento, la separación, en otras palabras el final de esa relación de complicidad, amistad, lazo, como deseen llamarlo. 

Duele, sí, pero ¿Quién dijo que no dolería?, ¿Acaso no somos seres humanos?, ¿Acaso no tenemos sentimientos?, ¿Acaso no sentimos?. 
Si es que aún no lo sabías o no te habías dado cuenta, lo somos.
Sentimos, lloramos, reímos, saltamos, queremos, odiamos, amamos...

No veo, o no siento que el final de cualquier lazo interpersonal sea motivo de amargura, enojo y rencor; por el contrario, ahora, teniendo 21 años, me siento alegre de haber podido conocer a todas las personas que he conocido, de varias he aprendido, muchas me han enseñado y siento que gracias a ellos, he podido ver desde otra perspectiva este mundo. Siento que es imposible que pueda hablar mal de cualquier de estas personas, no es y tampoco ha sido mi modo de actuar durante estos 21, o casi 22 años que tengo.  Se me hace un tanto ilógico poder hablar mal de alguien con quien compartí tiempo y momentos, a ustedes no¿?.

Pero cada uno tiene su forma de sobre llevar las cosas, y todas y cada una de ellas  deben ser respetadas, después de todo, cada uno somos personas diferentes y no debemos ser iguales. 
Puede que parezca un tanto ilógico, pero siento que estas personas que en su momento nos causaron dolor, tristeza, ya sea porque se fueron, porque se alejaron o porque dejamos de sentir que teníamos este lazo tan poderoso, deben estar en nuestras vidas. 
Lo veo desde el punto en el que nos enseñan, en base a ciertas experiencias, no tan agradables, tales como la tristeza y la soledad, que tenemos un "Yo" interior, que muchas veces dejamos de lado, no nos conocemos y es a partir de estas experiencias que recién empezamos a conocernos, a querernos...
A esa persona que siempre dejamos de lado que resultamos ser nosotros mismos. 

Tengo esta historia en mi cabeza desde hace unos años "Había una vez una planta en un hermoso jardín que pensó que jamás saldría de ella porque el jardín no era lo suficientemente verde como para su gusto, pero fue entonces que después de días esperando, se dio cuenta que tenía que crecer raíces para que florezca un hermoso árbol y este cambie por completo al jardín que se convirtió en uno de los más bellos". 

Al principio es horrible, ¿A quién le gustaría que le hagan daño?, ¿A quién le gustaría que lo dejen?, ¿Quién le gustaría sentirse no querido?, ¿A quién le gusta la soledad?...

Tal vez es necesario que estemos solos, que nos dejen a la mala, por decirlo de una manera, para que nos demos cuenta de los emocionalmente dependiente que podemos llegar a ser, que no nos damos cuenta de lo mucho que damos por una persona en particular o por los demás, dejando de lado a quien siempre estuvo con ahí pero no le dimos importancia, nosotros.

El estar solos nos enseña a conocer partes que no conocíamos, de habilidades y destrezas que tenemos las cuales por depender siempre de alguien o por contar con la otra persona, jamás pudimos notar.
Nos hace dar cuenta de lo mucho que podemos llegar a querer algo en particular y no hablo de personas, sino de anhelos y metas propias.

Es entonces que vemos todo lo que podemos llegar a ser, te das cuenta de lo que eres, de los que vales y empiezas un nuevo viaje, a lo desconocido pero eso no importa porque ya no tienes miedo, las barreras, los peores obstáculos ya los superaste, eres una persona nueva, has vuelto a nacer y no puedo estar más orgullosa de ti.

Por fin haz llegado a conocer alguien que esperaba tanto por ti en todos estos años, tú.

miércoles, 13 de enero de 2016

Discúlpame.

Discúlpame por cerrarme y tal vez no contrate mis cosas, lo siento.
No son fáciles de contar, siento que son tan cargadas.
No lo hice porque no quisiera, sino que eran tantas cosas que no sabía por dónde comenzar, ni cómo empezar a hablar del tema, es horrible cuando tienes algo dentro de ti, que te lastima, que te daña y al mismo tiempo no poder o ser capaz de decirle a los demás, tampoco quisiera pero pienso ahora que tal vez me hubiera quitando un peso de la cabeza.

Los momentos contigo eran tan bonitos y perfectos, ¿por qué malograrlos con problemas que no eran de nosotros pero si influenciaba, en cierta manera, en nuestra relación?, Discúlpame por mis cambiantes estados de ánimos que no venían al caso.

Podía estar bien o mostrarme contigo feliz, tal vez preocupada pero habían momentos en los que habían discusiones que jamás te conté, porque sentía que no debías cargar con ese peso, no porque no sintiera que no me comprenderías, sino porque eran tontas y tan largas de contar que me aturdían e imposibilitaba de hasta pensar.

Discúlpame si a veces reaccione mal, a veces antes que llegues a la casa, tenía discusiones tan fuertes que terminaba quedándome dormida por llorar tanto tiempo y no quería que vieras ese lado, que tenía problemas...
Ahora recién me doy cuenta que estuvo mal que hiciera eso, Disculpame, no quería preocuparte, no quería que los pocos momentos en los que sentía que eran bonitos y perfectos se arruinen.

Discúlpame.

martes, 12 de enero de 2016

Sí, así es.

Tiempo para que todo inicie de nuevo.
Empezar desde cero, cortando de raíz.
Sin miedo a empezar otra vez.
Una nueva etapa, dejando todo atrás, ya sea malo, ya sea bueno.
Dejar que todo vuelva a empezar, sin forzar, sin presión, dejando que la naturaleza y esas coincidencias de la vida dejen que vuelva a nacer.
Darme esa oportunidad que tantos años me negué, ocultándola con excusas, cuando en verdad todo se resumía al miedo de dejar todo lo que era o "supuestamente" era "yo".
Ha llegado el momento en el que puedo decir que el cambio es parte de la evolución, pero así como lo he leído en los libros, tiene que ser aplicado en la práctica, no es fácil, me tomó tiempo, pero nunca es tarde para hacer las cosas a tu manera, a tu verdadera manera, sin miedo, sin prejuicios, sin importar ese "qué dirán" que varias veces me limitaba.
Este es mi tiempo, está soy yo, no le tengo que gustar a los demás, si fuera de esa manera estaría repitiendo lo que he venido haciendo todo este tiempo.
Ya no más excusas, ya no más pretextos, está soy yo y ya no me voy a ocultar.
Hace un tanto de tiempo que empezó y nunca se sintió tan real. ☺️🙏

viernes, 1 de enero de 2016

01|01|15


Odio tener esta sensación de sentirme mal, de sentir que hago todo mal, cada vez se tomó una decisión. 
Estoy cansada y al mismo tiempo me siento mal.