martes, 12 de julio de 2016

Cauto con las acciones

Si bien es cierto toda relación se debe basar en amor, respeto, tolerancia, responsabilidad y muchas más cosas, una de ellas se ve dañada por las veces que sin querer llegamos a dañar a personas que queremos, lo cual no debemos hacer, es decir ¿Cómo herir a alguien que queremos?, ¿Por qué hacerlo?. Choqué con una "yo" de hace algún par de años atrás, una "yo" que defendía a capa y espada el "Si quieres a alguien, jamás le puedes o debes hacer daño", sigo pensando lo mismo pero me he dado cuenta, en los últimos años, que es posible que lleguemos a dañar o herir a personas cercanas a nosotros como nuestras parejas, amigos o conocidos. ¿Cómo?
Adrede o no. 
Sin darnos cuenta podemos dañar a quienes queremos, una palabra en el contexto equivocado, un acto que no concuerda con la situación, incluso dejar de hacer algunas cosas llegan a herir a las personas.
Estos casos son difíciles de identificar, ya que no son intencionales, puede que nos demos cuenta a tiempo o cuando ya es tarde y el daño ya esta hecho y fuimos quienes, en su momento, no fuimos capaces de remediar.
¿Qué queda?
Hablar, comunicarse, ese "discutamos todo de una vez, sin filtros, hablando todo, diciendo lo que en serio pensamos y sentimos", "Hablemos, por favor".
¿Maneras de evitarlo?
Teniendo empatía, conocer bien a la persona para saber qué puede incomodarlos, ser cauto con las acciones y el contexto en el que las haces, en general: nunca se sabe, solo estar atentos.
Solo saber algo seguro: no puedes dañar a alguien de manera intencional, no es justo, no puedes, no debes.

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