domingo, 3 de mayo de 2015

El poder de las palabras

Las personas no son importantes para nosotros, nosotros les damos el poder de serlo con nuestras palabras, con nuestras acciones.

A veces pensamos o decimos frases como si fueran fáciles de soltar,  involucrando sentimientos, entregándonos sin saber que esa persona lo use a favor o en contra de nosotros.
Es como si, progresivamente, les diéramos un poder, colocándolos en una especie de altar.
Puedes querer mucho a una persona, pero nunca decírselo.
Puedes confiar mucho en una persona, en efecto ser la persona en quien más confías, pero por razones personales no puedes, aunque quisieras, soltar las palabras, decirle lo mucho que significa para ti, que lo necesitas, que confías en él, que lo quieres
Que él tiene el poder y tal vez pienses dárselo.

Te puedes estar mordiendo la lengua para no decir nada, porque por sobre todo lo quieres mucho, y mucho. 
Pero es el miedo, el maldito miedo que nos limita, nos impide pronunciar palabras que parecen ser muy fáciles de pronunciar, tal vez para los demás, pero para algunos nos es difícil. 

"Te quiero"
"Te necesito"
"Te extraño"

Son las palabras que le dan poder a estas personas, y depende de ellos si corresponden los sentimientos o toman ventaja sobre ellos.

Arriesgamos todo, solo con palabras
Damos todo, solo con palabras
Nos entregamos, solo con palabras

Si la otra persona sabe corresponder los sentimientos pues tu entrega ha sido correspondida, pero si este no es el caso, entonces lo has perdido todo...
Esa persona toma conciencia del poder que tienen, nos dejan cuando más los necesitamos, o usan en contra nuestro más punto débil, los sentimientos.

No solo son palabras, son sentimientos que se hacen saber
Es entregar poder
Es dar el poder.

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