martes, 9 de diciembre de 2014

Él y Ella - conversación un domingo por la noche

Él: ¿En qué piensas?
Ella: Un poco de esto y otro poco de aquello
Él: Siempre tienes la mirada desviada, muy pocas veces me miras directamente a los ojos
Ella: No es cierto, si lo hago sólo que en los momentos en los que tú no me miras
Él: Buen punto
Ella: No te das cuenta
Él: Pero exactamente ¿en qué piensas?
Ella: Son mis pensamientos, son complicaciones mías, no deberían de importante, sólo soy yo, pensando
Él: Me gustaría saber qué piensas
Ella: Tú...
Él: Dime
Ella: No sé
Él: ¿ya?
Ella: ¿Es posible que algo sea para siempre?, ¿que las personas se quieran de verdad? ¿Sigue existiendo?
Él: ¿En eso piensas?
Ella: Son complicaciones mías, por favor no me hagas caso, son tonterías
Él: No son tonterías, al contrario me da risa
Ella: A mi no, para mi es un tema serio, todo esto, tengo miedo a varias cosas, quizás deba irme, quizás fue tonto el decirte todo esto, quizás jamás vuelva hablar del mismo tema, ya es tarde y me tengo que ir.
Él: No es tonto, discúlpame si lo tomé a broma. Y sí, si es posible que dos personas se queden juntos para siempre, que se quieran de verdad, que luchen contra todo y todos, sigue existiendo, ¿Sabes por qué? Porque yo te quiero y te lo repito varias veces y jamás me cansaré de decirlo. Me quedaré contigo aún así todo esté complicado, aunque me hables de estas cosas y tengas dudas, aquí estaré yo, queriéndote como te quiero, sin esperar nada a cambio. Sí existen las personas que se quieren de verdad, aquí estamos tú y yo...
Ella: No me refería a eso pero en fin ya es tarde me tengo que ir, nos vemos.


Ella nunca le dijo pero los mejores recuerdos se fueron con él.
Negaba toda clase de pensamiento bueno relacionado a este concepto, rechazaba cualquier teoría posible, se mantenía fiel a sus creencias y vivencias familiares, todo lo bonito sólo existe en los cuentos.

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