martes, 9 de diciembre de 2014

Mi alma y mi cuerpo

Dos conceptos diferentes, palabras diferentes que las personas confunden como sinónimos.
No son iguales, para nada.

Mi cuerpo, debería ser el reflejo de lo que mi alma quiere expresar. No es así, varias veces no hacemos lo que pensamos; sino lo que los demás quieren ver en nosotros, complacemos a los demás para así hacerlos felices pensando que esa será nuestra felicidad. Complacer a la sociedad, seguir órdenes, hacer lo que las personas han hecho por décadas, hablo del: estudiar una carrera profesional, terminarla, no embarazarte o embarazar a alguien, ser "bueno", no tatuarte ni hacerte piercings, ir los fines de semana a la iglesia, conocer a alguien, casarte para después tener hijos, vivir para "siempre" con esa persona (pase lo que pase, sino estarías pecando. En el caso de la mujer si se divorcia es mal vista en la sociedad y si decide rehacer su vida le colocan adjetivos que en vez de calificarla, la descalifican. Pero si es un hombre le dan todo el paso para que haga con su vida lo que mejor le parezca).

Pero ¿Eso es lo que quieres? ¿Quieres seguir a la sociedad? ¿Quieres ser uno más?. Yo, no.

Escucha ese sonido dentro tuyo, tu voz interior.
Nuestro cuerpo varias veces se compara a una jaula de la cual somos prisioneros, pagando la condena del conformismo, de hacer de nuestras vidas lo "correcto", de ser como los demás, seguir a la sociedad.
Ese es el camino más fácil. El que varias personas eligen, el que no quiero elegir. 

Por más que trate de callar mi ser interior, no debo, sacarlo a la luz es lo que debemos hacer, unir nuestra alma y cuerpo para así ser únicos, no como el resto, no una copia barata, no ser muñecos a alta escala fabricados por la sociedad. 

Ser tú, ser yo, ser nosotros mismos pero diferentes.

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