martes, 17 de febrero de 2015

3 am

Y aunque nadie arriesgaba por él, aunque nadie pensaba que él podía ser alguien importante para mi, aunque nadie tenía buenos conceptos sobre él.
Yo creí, yo me arriesgué, fue importante para mi, tengo buenos conceptos sobre él.
Aunque la historia terminó, aunque hubo otra persona implicada,  pese a sus promesas jamás cumplidas. 
No puedo odiarlo, porque no odio a nadie, simplemente no puedo hacerlo, no porque me crea "buena", sino porque no me gusta tener sentimientos malos, no me gusta estar con malas "vibras", si quieren ponerlo de esa forma.

No puedo odiarlo porque causó en mi algo que no había sentido y pese a que hubieron momentos de tristeza y dolor, también hubieron de alegría, no es su mayoría, pero sí. 
Conocí que fue alegrarse por alguien, estar pendiente de mi celular, ver mensajes y emocionarme, decir "Te quiero", decir "Te extraño". Todo lo que había evitado en el pasado y pese a esfuerzos de otras personas jamás intenté o acepté. 

Y aunque hasta ahora los demás piensen que él es una mala persona, para mi no lo es. Tras esa persona que trata de exteriorizarse como "el malo", el que no cree en nada, el que anda a la defensiva, el que se hizo, se hace y se hará solo. 

Tras la persona que pone varias barreras, tras todo eso, yo vi su verdadero "yo".
Lo vi llorar, vi sus miedos. 

Entendí sus miedos.

Fue entonces que me di cuenta que entre él y yo no habían tantas diferencias como los demás decían. Sí, teníamos gustos diferentes y aunque él varias veces me repetía que "éramos de mundos distintos", jamás pensé eso. 
Él era tan humano como yo, tan sensible como yo. Lo demás solo era externo, físico, material. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario