Mi nombre no es “bebé”, “reina”, o cualquier adjetivo que quieras ponerme porque no te he dado la confianza, además no me gustan ninguna clase de adjetivos que le pongan más énfasis en mi físico que en mi forma de pensar.
Tu comentario en la calle no me hace sentir bonita, linda y menos alagada; al contrario, es una increíble falta de respeto y me hace sentir incómoda, en todos los sentidos.
Los comentarios que puedas tener te los reservas, porque para empezar, no me visto para impresionarte.
Y si tratas de justificar tu falta de respeto criticando mi manera de vestir, pues créeme que estás equivocado. Mi manera de vestir la controlo yo, por lo antes dicho, es MI manera de vestir y ni tú ni nadie va a venir a criticarla o usarla como excusa para cualquier clase de violencia que se intente contra mi persona.
No te provoco porque mi mundo no gira entorno a ti y tus impulsos sexuales.
No soy objeto, no soy blanco de tus ofensas, no soportaré tus insultos y no callaré ante ti ni cualquiera que quiera faltarme el respeto.
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