jueves, 20 de noviembre de 2014

Miércoles 19 de Noviembre

Hoy fui testigo de un robo, en el puente México, para ser exactos.
Mientras el semáforo estaba en rojo, una señora del otro lado de la pista esperaba para cruzar, más o menos tenía 45 años, estaba arreglada y tenía en su hombro derecho un bolso.

De pronto desde la otra calle vienen dos sujetos corriendo, uno jala el bolso y consigo lleva a la mujer al piso, mientras el otro sólo es espectador de tal escena.
La señora forcejeó con el ratero al rededor de 10 segundos, lo cual me pareció una eternidad puesto que la señora se encontraba en el piso y por nada del mundo quería soltar su bolso.

Pasado los 10 segundos, el ratero ganó, se llevó el bolso y corrió con su acompañante hacia la vía expresa. 

Ante tal escenario quedé conmocionada, quería bajarme y ayudar a la señora pero el semáforo en rojo impidió que pueda lograrlo. 

La señora ya no tiene su bolso, el ratero se lo llevó, pese a que el paradero estaba repleto de personas, ninguna de ella la ayudó, sólo fueron testigos del acto.
Los dos jóvenes que tendrían al rededor de 25 años, fugaron, se llevaron el bolso. La señora jamás volverá a ver sus pertenencias.

Ante este acontecimiento me quedé pensando todo el día, en estos dos jóvenes.
Ellos fueron alguna vez niños, tuvieron una educación y por X motivos decidieron robar, decidieron ir por lo fácil.

Es entonces que me pongo a pensar, ellos también forman parte de la sociedad, ¿Qué hacemos en la actualidad por ellos? ¿Qué hacemos para revertir esto? ¿Qué hacemos con la educación de los niños hoy en día?

Este joven que alguna vez fue niño tal vez proviene de una familia disfuncional en la cual esta clase de actos son normales, donde la violencia sea cosa de todos los día, donde el rige la ley de que " El más vivo vive del más bobo".

No creo que la cárcel sea la manera de castigar a las personas que cometen actos vandálicos, ya que no resuelven el problema de raíz. Estos debería de ir de la mano con consejería profesional psicológica para así averiguar cual es la causa. Uno no nace con ganas de robar, mentir, violar, matar. Todo tiene un porqué.
Si sólo se pone como solución la cárcel, estos individuos sólo conservaran el odio por la sociedad aún más y cuando salgan en libertad cometerán peores actos. 
Así mismo debemos enfocarnos aún más por los niños de hoy en día, que mañana serán el futuro de la sociedad. Nunca es suficiente cuando hablamos de educación, siempre hay algo que mejorar, no por nosotros, sino por ellos.

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